Movilidad del futuro: 5 casos sobre movilidad compartida y sustentable

Presentamos 5 aplicaciones para la movilidad compartida que tuvimos la oportunidad de probar.

La forma en que nos desplazamos por nuestras ciudades ha cambiado considerablemente en los últimos años. Bien sea por contribuir a la reducción del tráfico y de emisiones contaminantes, o por su facilidad de implementación, los servicios de movilidad compartida están en auge.

Cada día surgen nuevas aplicaciones para la movilidad compartida en distintas modalidades: autos, motos, bicicletas, scooters, entre otros. El boom de la economía colaborativa llegó a los sistemas de transporte y lo que inició con el movimiento de “mi casa es tu casa” (Airbnb), ha continuado rápidamente con otros servicios compartidos como autos y bicicletas.

Ya sea que estas nuevas formas de movilidad sean impulsadas por gobiernos locales o surjan por emprendimientos privados, la innovación en transporte supone ventajas y desafíos para la movilidad del futuro. Presentamos 5 referentes de distintos tipos de movilidad compartida que tuvimos la oportunidad de probar:

Wheels – Atlanta, Estados Unidos

Con más de cinco opciones de scooters y sistemas compartidos de movilidad sin estación, Atlanta es una ciudad que ha servido para experimentar con estos modelos de «micro movilidad» urbana. En 2019 Wheels se sumó a la lista de opciones, un híbrido entre bicicleta y scooter eléctrica.

 A pesar de su pequeño tamaño, Wheels cuenta con asientos cómodos y ruedas de 14 pulgadas que le dan más versatilidad que los scooters tradicionales. A diferencia de las bicicletas, no cuenta con pedales. Para avanzar solo hace falta presionar el botón del acelerador.

 Las Wheels se liberan para su uso a través de una aplicación móvil. Su costo es 0.25 centavos de dólar por minuto. La compañía apuesta a la sostenibilidad a través de su diseño modular que permite el reemplazo de piezas individuales en caso de avería, al igual que la posibilidad de recargar su batería por separado.

 Como valor agregado, Wheels tiene la capacidad de conectar tu celular con el scooter a través de bluetooth para reproducir música con Spotify en sus parlantes integrados. Actualmente se encuentran disponibles solo en Los Ángeles, San Diego y Atlanta, pero parece tener muy buena receptividad y quizás las veamos más adelante en otras ciudades.

Foto: Forbes

Foto: Forbes.

Citi Bike – Nueva York, Estados Unidos 

Citibike es la red de bicicleta compartida de la ciudad de Nueva York. El Departamento de Transporte de la ciudad ha ido expandiendo la red paulatinamente, con el patrocinio de Citibank. Al momento cubre gran parte de Manhattan y sigue creciendo en las zonas de Brooklyn y Queens. 

Funciona así: puedes comprar una anualidad ($163) o puedes pagar por viaje ($3.75). A través de la app o con tarjeta a la mano, se adquiere un código que funciona como llave para liberar una bicicleta y rodar hasta 30 minutos, cuando se debe regresar a otra estación sin sufrir cargos adicionales. Si tienes la membresía anual, cuentas con hasta 1 hora para regresar la bicicleta.

Hay quienes utilizan el sistema principalmente en verano, para evadir las calurosas estaciones de metro, o para conectar comunidades o lugares que usualmente el Subway (metro) no conecta y cuando la frecuencia de buses no es eficiente. Citibike permite responder con inmediatez a las  necesidades de movilidad mientras se ejercita el cuerpo rodando bicicletas pesadas y se sortea la topografía de la ciudad. La cesta frontal presenta un problema: no es lo suficientemente grande para una bolsa de mercado y tampoco permite colocar un bolso sin que se caiga durante el trayecto. 

Manejar bicicleta en NYC es un desafío. No todas las ciclovías están protegidas y las que sí están, suelen localizarse en calles comerciales donde son ocupadas por camiones de carga y descarga. Existen varias calles compartidas (shared streets) donde no se proporciona un espacio exclusivo para cada modo de transporte. Las colisiones son cada vez más frecuentes. Ante esto, el programa Vision Zero, así como las personas que cada vez utilizan este modo de transporte, están teniendo más presencia en las calles y, a mediano plazo, más respeto por los otros conductores.

Citi Bike, Nueva York

Foto: Pixabay.

Mobike – Santiago de Chile 

Santiago de Chile cuenta con una amplia gama de servicios para la movilidad compartida en trayectos urbanos cortos (BikeSantiago, Mobike, Bici Las Condes, Lime, Scoot, HOP, Grin, Awto). Una de las opciones disponibles es Mobike, empresa de origen china que aterrizó en Chile en marzo de 2018 y que tiene actualmente cobertura en siete municipios.

Mobike se diferencia de sus principales competidores en que no requiere estaciones o “docks” para su funcionamiento. Sólo debes descargar la app en tu teléfono, buscar la bicicleta más cercana y desbloquearla con el código QR. Si no consigues una bicicleta caminando por los principales espacios públicos de la ciudad o, si quieres programar un viaje, la aplicación te permite buscar en el mapa las bicis más cercanas y reservar una hasta por 15 min. ¡Puedes hacerla sonar para encontrarla más rápido!

La app de Mobike permite además desbloquear bicicletas a través del bluetooth y registra información de interés como tus viajes, distancias recorridas, tiempos de viaje, calorías quemadas y CO2 que evitaste liberar. No obstante, al utilizar el servicio debes tomar en consideración que la Ley de Convivencia Vial estipula el uso obligatorio de cascos y chalecos reflectantes para todos los ciclistas. Dada la simplicidad del sistema Mobike, este no incorpora los implementos mencionados así que deberás llevarlos contigo si no quieres someterte a una multa que varía entre 15-35 dólares.

Foto: Adonay Perrozzi.

Lime – Santiago de Chile 

En la ciudad de Santiago la electromovilidad ha tomado prominencia en los últimos años, no sólo por las discusiones que existen dentro de las instituciones públicas sino también por la aparición de varias empresas que ofrecen servicios de este tipo. Una de estas empresas, Lime, se dedica al alquiler de scooters para realizar viajes cortos, idealmente de menos de 5 km, un mercado ideal para este tipo de movilidad.

La manera en la que funciona la aplicación de Lime para poder acceder a las scooters es bastante intuitiva. El registro es sencillo: utilizas tu número telefónico para crear un usuario, luego registras tu tarjeta de crédito y, por medio de un código QR, desbloqueas hasta 5 scooters a las cuales tengas acceso en la calle para que tú y tu grupo de amigos pueda pasearse por la ciudad. Luego de tu viaje, bloquea nuevamente la scooter con la aplicación y toma una foto para que quede registro que la estacionaste en un lugar adecuado. Aunque las tarifas varían de acuerdo al tiempo de viaje, estar en scooter 10 minutos puede costarte alrededor de 3.5 dólares.

Hasta aquí todo suena a que tendremos un grato recorrido, lo cual es relativamente cierto. Sin embargo, la experiencia de las scooter deja muchas interrogantes y retos que resolver al menos desde la perspectiva del servicio. En primer lugar, las empresas de scooter sólo funcionan en áreas predeterminadas que existen en algunos municipios de alto ingreso, haciendo inviable que las scooter jueguen un componente clave en la intermodalidad de la ciudad. Asimismo, la aplicación supone de antemano que la persona posee un teléfono inteligente y cuenta bancaria con tarjeta de crédito, lo que plantea otros retos a personas de menores ingresos que puedan estar en estos municipios. Por último, al usar la aplicación, quien utiliza la scooter acuerda cumplir con ciertos requisitos como el uso de casco, o tener licencia de conducir, que más que adecuarse a las realidades de cada ciudad, buscan liberar a la empresa de cualquier tipo de responsabilidad.

Aunque utilizar scooter es una actividad bien divertida y agradable, no deja de tener trasfondos y consecuencias serias, tanto para la ciudad como para quienes las usan.

Lime scooters en Santiago, Chile

Foto: SCLMAG.

EVO Car Share – Vancouver, Canadá 

Además de sistemas de bicicletas y scooters, muchas ciudades cuentan hoy con servicios de carros compartidos. Tal es el caso de Vancouver, Canadá, en donde la topografía de gran parte de su área metropolitana hace más apropiado el uso de otros medios más potentes. EVO es una de las 3 opciones de servicios de carros compartidos que tiene la ciudad (junto con Zipcar y Modo) y cuenta con una flota de 1.750 vehículos, conformada 100% de unidades modelo Toyota Prius Híbridos con capacidad para 5 pasajeros y bases en el techo para llevar bicicletas, tablas y/o esquís.

EVO vincula usuarios con vehículos privados, para libre circulación alrededor de la ciudad. A través de una app, las personas registradas pueden localizar, reservar y activar cualquiera de los vehículos desocupados. Sus costos son variables, dependiendo del paquete que mejor le convenga al usuario, oscilando desde $0.41CAD por minuto hasta $90CAD por día.

Este proyecto está fundado por la compañía de seguros de la provincia de British Columbia BCAA. EVO establece un perímetro llamado «Home Area» (área de servicio) y estacionamientos satelitales en las afueras de éstas. Este perímetro abarca la mayoría del área metropolitana de Vancouver y, dentro de él, los vehículos pueden ser utilizados con toda comodidad. Sin embargo, la compañía afirma que técnicamente puedes ir a cualquier parte de Canadá con sus unidades, pero fuera del Home Area no vas a poder prenderlo… ni apagarlo.

Respecto al estacionamiento, existen dos modalidades principales:

1) EVO, junto a gobiernos de cada ciudad y otras empresas, definen áreas exclusivas de estacionamiento, principalmente en lugares de interés como campus universitarios y aeropuertos;
2) Cualquier espacio disponible de estacionamiento en la ciudad con o sin parquímetro, ofreciendo además tarifas y restricciones preferenciales.

Evo_1

Foto: Andrés Peñaloza.

En muchas ciudades estas innovaciones en materia de movilidad provienen de compañías tecnológicas y no necesariamente de gobiernos locales. La competencia entre diversos tipos de servicios y empresas, el costo de funcionamiento, las regulaciones de distintas ciudades, así como otros factores, han contribuido a una alta rotación en los servicios de movilidad compartida.

Si bien observamos frecuentemente la introducción y salida de nuevas aplicaciones de micro movilidad, consideramos que la puesta en práctica de estos sistemas permite vislumbrar las oportunidades y desafíos que enfrentan nuestras ciudades con requerimientos cada vez más diversos para la movilidad de sus ciudadanos.   


Foto de portada: Pixabay.

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