La amenaza de vivir sin agua

Más de 250 millones de personas en el mundo se encuentran en condición de estrés hídrico.

En julio del año pasado, el New York Times publicó una pieza sobre una creciente amenaza para las ciudades del mundo: quedarse sin agua. Según el artículo, 255 millones personas en el mundo viven actualmente en lo que se define como situación de estrés por agua o estrés hídrico. Los investigadores del World Resource Institute advierten que, de seguir al mismo ritmo, para el 2030 serán 470 millones de personas en 45 ciudades diferentes.

Que una ciudad o país esté en situación de estrés por agua quiere decir que su demanda actual es mayor a la capacidad existente del recurso, o cuando su dotación está limitada o afectada gravemente por la calidad del servicio. De los 17 países que se encuentran en esta condición, la mayoría son áridos. Sin embargo, los efectos del cambio climático han afectado los ciclos de lluvia y sequía que han permitido a muchas otras ciudades mantener el equilibrio.

El día cero

Varias ciudades ya se han enfrentado a su día cero: el día en el que sus reservas de agua se verían agotadas. Uno de los casos más conocidos es el de Ciudad del Cabo en Sudáfrica. A principios de 2018, durante la época de verano en el hemisferio sur, los oficiales de la ciudad advirtieron que contaban con tan solo unas cuantas semanas para consumir todas sus fuentes de agua.

A partir de allí, la ciudad estableció estrictos planes de racionamiento y manejo del agua. Instalaron dispensadores de desinfectante de manos en los baños y cerraron las llaves de los lavamanos, limitaron la cantidad de agua que una persona podía consumir diariamente a 50 litros, entre otros. Todo esto junto a una fuerte campaña de concientización que ayudó a visibilizar el problema a los ciudadanos.

Personas en fila para recoger agua en los puntos de servicio de Ciudad del Cabo

Foto: Mark Fisher, Shutterstock.

El impacto fue tal, que los comerciantes de la ciudad estaban preocupados por las repercuciones para sus ingresos y la economía local. Sin embargo, gracias a estas medidas, Ciudad del Cabo logró posponer la fecha original de día cero y recuperar sus reservas de agua con la llegada de un invierno lluvioso después de tres años de sequía.

Pero esta situación es más común de lo que parece. Chennai es una ciudad de la India que usualmente se veía afectada por inundaciones, sin embargo, hoy sus ciudadanos buscan constantemente nuevas formas de acceder a fuentes de agua debido a que las principales cuatro represas que surten a la ciudad se encuentra virtualmente agotadas.

En el caso de Chennai, el acelerado crecimiento de su población y la falta de planificación urbana han aumentado la demanda por agua a niveles para los que la infraestructura del servicio no estaba preparada.

Aún estamos a tiempo de actuar

Ante esta latente amenaza ha cobrado fuerza una corriente de planificación  llamada “diseño urbano sensible al agua” (Water Sensitive Urban Design), que se centra en el aprovechamiento del recurso a través de la ubicación y material constructivo de los espacios públicos y edificaciones, como los son los parques inundables, o la reorganización de la infraestructura urbana para el reuso de las aguas de lluvia.

En el 2017, la Asociación Nacional de Oficiales de Transporte Urbano de Estados Unidos publicó una guía de diseño de calles para el aprovechamiento de las aguas de lluvia bajo las premisas del diseño urbano sensible al agua, uno de los tantos esfuerzos que hacen muchas ciudades en atender la crisis ocasionada por la oferta de fuentes de agua existentes.

Otras estrategias recomendadas son la recuperación y mantenimiento de los humedales urbanos y los cuerpos de agua, la mejora en la recolección y publicación de datos e información referente a las tendencias de consumo de la población, y el uso de nuevas tecnologías que permitan abastecer a las ciudades de manera más eficiente.

Gestión de la demanda

Las extensas y más intensas sequías que ha traído el cambio climático suponen una mayor dificultad para atender el problema, es por eso que más allá de buscar recuperar las fuentes de agua, también es necesario trabajar en la demanda.

Poste con anuncio de zona de escasez de agua en Ciudad del Cabo

Foto: Mark Fisher, Shutterstock.

En el futuro será cada vez más recurrente escuchar de días cero. Las ciudades deben estar preparadas desde ahora y desarrollar programas permanentes de uso responsable del agua, y concientizar a los ciudadanos con respecto a los posibles efectos de esta amenaza. Varias ciudades y países alrededor del mundo cuentan con modelos de este tipo: aumento del precio del agua durante las temporadas de calor (Vancouver, Canadá), credenciales de manejo eficiente del agua para empresas (Australia), o programas de educación como parte del currículum de algunas escuelas (Irlanda).

Ciudad del Cabo venció su día cero, pero para sus ciudadanos no volverá a ser igual. Los hábitos han cambiado, los ciudadanos están más conscientes de lo escaso que puede ser el recurso bajo las condiciones actuales y de los impactos negativos que esto puede traer para su salud y la economía. Aún así, muchas ciudades del mundo están encaminadas a enfrentar situaciones de estrés hídrico si no adaptan sus modelos de consumo y conservación de recursos naturales.


Foto de portada: Mark Fisher, Shutterstock.

1 comentario

Carmen Peñaloza 21 octubre 2020

Súper interesante artículo Nikolai. De verdad que es todo un reto este Plan Maestro. Muchas gracias por compartir. Un abrazo!

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