Piazze Aperte: la revolución del espacio público en Milán

En cuatro años, la ciudad logró que uno de cada dos milaneses viva a 800 metros de una plaza.

“Italia es muy conocida por ser algo lenta en sus transformaciones” fue una de las primeras cosas que Stefano Ragazzo, de la Agencia de Movilidad, Ambiente y Territorio de Milán (AMAT en italiano), nos comenta durante la entrevista, “desde el inicio hasta la ejecución puede tomar entre tres a cinco años; y si eres muy bueno y tienes mucha suerte”.

Sobre esa simple idea se construye una apuesta que, durante el 2018, la ciudad de Milán empezó a desarrollar en conjunto con Bloomberg Associates y la Iniciativa Global de Diseño de Ciudades (GDCI en inglés). “Muchas de las conversaciones fueron sobre cómo podríamos repensar el proceso”, puntualiza Fabrizio Prati, Director de Diseño de GDCI.

En ese año, la ciudad había identificado distintos puntos donde pilotear algunas intervenciones de espacio público. Nos cuenta Stefano:

Las primeras dos plazas [Dergano y Angilberto] fueron proyectos piloto; fue como empezar desde cero. Nadie sabía sobre estas herramientas [urbanismo táctico] en la ciudad. Lo más complicado fue trabajar en un proceso interno. Cada departamento, medio ambiente, mobiliario, movilidad, etc., tuvo que hacer su parte trabajando con lo que ya había allí. Sino, el proyecto nunca hubiera iniciado”.

Ubicación de la Plaza Dergano y Angilberto. Imagen: GDCI.

Rápido, liviano y barato

Poder realizar de forma rápida un cambio en la ciudad es una estrategia que cada vez más ciudades están implementando. A través del urbanismo táctico, intervenciones temporales cuyos impactos son medidos para lograr cambios a largo plazo, los ciudadanos pueden experimentar ahora los proyectos que se están planificando a futuro.

“Realmente la idea inicial era mirar las cosas que estaban disponibles […], usar la pintura o las mesas de ping-pong, porque ya estaban guardadas, y probarlas juntas para hacer una transformación rápida”, agrega Fabrizio. Otra de las ventajas de esta metodología era poder saltar la burocracia y el escepticismo ciudadano, algo que enfatiza Stefano:

Siempre que el experimento sea temporal, todos saben que pueden mover las macetas si algo sale mal o si hay un problema. Por otro lado, también puedes vencer el escepticismo que es muy común en cada cambio que haces en la ciudad. Entonces, puedes ser más radical con las ideas que traes a los ciudadanos”.

A partir de las primeras experiencias, con los proyectos en Dergano y Angilberto, la ciudad decidió implementar un llamado abierto a la ciudadanía para mejorar sus espacios públicos.

Plaza Dergano y Angilberto, antes y después. La similitud en los diseños y materialidad se debe al uso de elementos comunes como la pintura, bancas y las mesas de ping-pong. Imágenes: Comuna de Milán. Flickr.

El programa “Piazze Aperte in ogni quartiere”

La experiencia piloto fue clave para el lanzamiento del programa “Plazas Abiertas en todos los Barrios” (Piazze Aperte in ogni quartiere, en italiano) en 2019. Los objetivos iniciales del programa eran:

  • Rediseñar calles y plazas de barrio en lugares de interacción social;
  • Mejorar la seguridad a través de la peatonalización y medidas de reducción de velocidad con foco en niñez, adultos mayores y personas con discapacidad;
  • Transformar espacios públicos a través de intervenciones de bajo costo y alto impacto antes de hacer cambios permanentes;
  • Promover la colaboración entre residentes y el gobierno local por medio de la gestión conjunta de los activos comunitarios.

El programa recibió más de 60 propuestas durante su lanzamiento. Entre 2019 y 2021, se implementaron 35 proyectos, 2 construcciones definitivas y se están trabajando en 3 diseños permanentes para algunos proyectos temporales. Sin embargo, su implementación también enfrentó a los equipos municipales a diversos desafíos. Un ejemplo claro fue en materia legal, nos comenta Fabrizio:

Muchos de los esfuerzos iniciales fueron sobre cómo encajar [el programa] en este marco que da la ley nacional. […] Algo que hicimos fue crear una franja de protección, que es permitida por el código cuando hay algún objeto en la calzada, y ese fue el compromiso para cada proyecto en Milán que tiene esta franja alrededor del espacio peatonal; ese es un ejemplo. Pero también que la ciudad de Milán desarrolló un manual de diseño vial que incorporó varias de estas prácticas [proyectos tácticos] y las regularizó desde el punto de vista normativo. Entonces se volvió más fácil y rápido de hacer porque a veces no era un tema legal sino de falta de una guía”.

Si bien el objetivo final de estos proyectos es construir diseños más definitivos, de acuerdo con Stefano otro aprendizaje fue el mantenimiento de estos nuevos espacios:

Aprendimos mucho en estos cuatro años del programa, por lo que sabemos que el mantenimiento es clave. Hemos implementado 38 proyectos en cuatro años, por supuesto que no va a suceder que en dos años todos estos proyectos vayan a una construcción definitiva. […] Lo temporal también puede significar 5 años, entonces, ¿cómo lidias con la transformación en términos de pintura, mobiliario, maceteros?… creo que este es el tema principal ahora”.

A pesar de estos desafíos, el programa fue un éxito.

Imagen 1: Las Piazze Aperte de Milán. Fuente: GDCI. / Imagen 2: 1 de cada 2 milaneses tiene una plaza a 800 metros de su hogar. Fuente: Piazze Aperte – A Public Space Program for Milan.

Definiendo el éxito del programa

Una de las cosas más importantes al implementar un programa de espacio público es poder identificar interna y externamente qué es lo que va a definir el éxito. En el caso de Milán, al ser algo que no existía inicialmente, en la medida en que se fue implementando el programa fue dando forma. “El objetivo principal, diría, era recuperar espacios en una ciudad dominada por el automóvil”, dice Fabrizio. “Estaba esta gran meta que era parte de la visión de la ciudad para el 2030; un fuerte componente era sobre espacio público y cómo darle acceso a las personas en las afueras de la ciudad”, agrega.

Internamente, el desafío era mayor. “Honestamente, no estábamos muy acostumbrados a monitorear las intervenciones que hacíamos en la ciudad y esto podía ser un problema; ocurría lo mismo con el espacio público, no había un enfoque específico para monitorearlo”, relata Demetrio Scopelliti, Director de Planificación Urbana y Espacio Público de AMAT. Pero lo más interesante fue conocer cómo esto fue mutando al interior de la organización. Nos cuenta Demetrio:

Lo primero y más sencillo que hicimos fue monitorear los flujos de tráfico antes y después y ver si todo iba bien o había algún problema con el modelado original que hicimos. La realidad fue que no, no hubo ningún efecto porque no estábamos interviniendo zonas claves. Los datos nos mostraron que el tráfico se redujo y también la velocidad. En algunas calles hubo un aumento de ciclistas…

Honestamente es fácil preguntar a las personas que viven el espacio público si lo disfrutan porque generalmente la reacción es positiva. Así que seguimos con la idea de revisar algunas plazas y ver el nivel de satisfacción; creo que fue como 60-70% en todas las plazas que analizamos.

Además monitoreamos el uso del espacio, los patrones de uso. Revisamos, usando cámaras time-lapse, cuánto se usaba el espacio en distintos momentos del día, si hubo mal uso que no queríamos tener. Para los primeros proyectos utilizamos herramientas bien simples.

Con el uso de distintas herramientas de análisis, todos estos experimentos fueron construyendo una línea base con la que se evaluaron los proyectos.

Video time-lapse plaza Dergano. Fuente: Comuna de Milán. Youtube.

¿Están dispuestas las comunidades a experimentar?

Una de las interrogantes más importantes al hacer un concurso abierto para la transformación de espacios públicos, como lo fue Piazze Aperte, era lograr un buen trabajo con las comunidades en la implementación de los proyectos tácticos. Nos dice Fabrizio:

En algunos casos, al inicio del proceso, los equipos municipales fueron a varias fiestas comunitarias llamadas ‘via dolce via’, y hacían encuestas donde le preguntaban a la gente: «Hola, estamos pensando en transformar esta área. ¿Qué te gustaría ver?»

Antes y después Piazza Santi Patroni. Imágenes: Comuna de Milán. Flickr.

Asimismo, tanto Stefano como Demetrio concuerdan en la ventaja de que sean las comunidades las que puedan postular. Stefano comenta que esto supuso una oportunidad para la ciudadanía de tomar decisiones sobre cómo transformar la ciudad:

Una de las lecciones que aprendimos… fue la conexión que se creó entre el territorio y las comunidades. Algunos de los proyectos que se presentaban estaban fuera de los objetivos del urbanismo táctico pero fue una de las pocas oportunidades para la comunidad de decir algo sobre cómo transformar la ciudad”.

A esto, Demetrio agrega:

En general, cuando se hacen transformaciones en la ciudad, digamos para reducir la velocidad o mejorar un espacio público, tienes el ruido de las personas que se oponen [por diversas razones]. Y hay otra parte de la población silente que apoya este tipo de cambios. Lo que hicimos fue revertir esta dinámica dándole a esa gente una voz, haciendo posible que los ciudadanos que quieren cambiar el espacio público hacia una escala más humana puedan levantar la mano y decir «Yo quiero hacer ese cambio, quiero ser parte del cambio, y quiero colaborar contigo si lo haces». Eso cambió el esquema por completo porque los pones en condiciones de estar contigo.”

Por último, se implementaron “acuerdos de colaboración” entre la ciudad y las organizaciones que se involucraron en los proyectos para la implementación del programa en materia de mantenimiento, gestión y regeneración de los espacios. Así, al acercarse a las comunidades de forma temprana, ponerlos en el centro de la toma de decisiones e involucrarlos en la construcción y activación de estos espacios se logró facilitar el desarrollo del programa, haciéndolo de forma participativa. En total, más de 800 personas y 200 cooperativas sociales y ONGs fueron parte del primer llamado.

Las comunidades eran parte importante del proceso de implementación de los proyectos. (1) Piazzale di Porta Genova. (2) Piazza Belloveso. (3) Via Pacini. (4) Piazza Santi Patroni. Imágenes: Comuna de Milán. Flickr.

De las Piazze Aperte a las Città Aperte: las lecciones de Milán

El mensaje para todos es que empiecen ahora porque no es tan complicado ni imposible. Transformar el espacio público y usar las calles como espacios públicos no es un tema de complejidad, inversión o tiempo, es un tema de voluntad política”.

Esto es lo que comenta Demetrio al final de la entrevista y es un punto en el que todos concuerdan. “Si esperamos a tener un presupuesto específico o elementos específicos es muy difícil empezar. Llega a la bodega, al depósito, ve qué puede usar el municipio y trabaja con eso”, agrega Stefano.

Antes y después Via Spoleto / via Venini. Imágenes: Comuna de Milán. Flickr.

Otra recomendación que dan es pensar cómo adaptar la experiencia de Milán al contexto local. “Hay tantas cosas que tienes que adaptar a tu contexto y entender realmente qué tiene sentido o no. Si estás tratando de tomar Piazze Aperte y hacerlo exactamente de la misma manera en cualquier otra ciudad, probablemente no funcionará”, puntualizó Fabrizio.

Luego de estas tres entrevistas, es claro que el programa Piazze Aperte tiene mucho que enseñarnos. Creo que la lección más importante es atreverse a usar la ciudad como un gran laboratorio, incluir a la población en formas más democráticas de transformar su ciudad y no dejar que la falta de presupuesto sea un enemigo. Las ciudades pensadas para las personas son mucho más abiertas a la innovación y a la participación, unas Città Aperte, si me disculpan el cliché; pero lo cierto es que así lo está haciendo Milán, una plaza a la vez.

Antes y después Via Toce. Imágenes: Comuna de Milán. Flickr.


Foto Portada: Comuna de Milán. Flickr

Fabrizio Prati es Director de Diseño de la Global Designing Cities Initiative.

Stefano Ragazzo es Consultor de Espacio Público de la Agencia de Movilidad, Ambiente y Territorio (AMAT) de la ciudad de Milán.

Demetrio Scopelliti es Director de Planificación Urbana y Espacio Público de la Agencia de Movilidad, Ambiente y Territorio (AMAT) de la ciudad de Milán.

Las respuestas de las entrevistas fueron editadas por motivos de extensión y claridad. El reporte del programa Piazze Aperte (en inglés) puede ser descargado aquí.

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