¿Tiene solución la congestión vehicular?

Quizá no es un milagro, pero tarificar para descongestionar está bastante cerca de serlo.

Singapur, Milán, Londres, Gotemburgo, Estocolmo… y Nueva York.

Esta es probablemente la lista completa de ciudades en el mundo con un sistema de tarificación para descongestionar sus calles. La tarificación para descongestionar es una medida que se aplica para reducir la demanda de viajes en horas punta por medio de una tarifa que reduzca suficientes viajes para mejorar la velocidad de desplazamiento dentro de la zona tarificada, ya sea porque estos viajes no se realizan, se desplacen a otras horas, o porque se realizan en otros modos. Los ingresos generados se utilizan para diversos fines, dependiendo de los objetivos que cada programa defina.

En Enero de 2025, Nueva York puso en marcha su sistema de tarificación para reducir la congestión en el centro de Manhattan y generar recursos para el plan de inversiones de la Autoridad Metropolitana de Transporte (MTA) enfocada en mejorar el funcionamiento del metro de la ciudad.

Por medio del programa, los vehículos que ingresan al centro de la ciudad pagan una tarifa diaria, la cual varía dependiendo del tipo de vehículo. Por ejemplo, un automóvil paga USD 9 al día en hora punta, mientras que un taxi paga USD 0.75 por viaje. Durante la noche, estos cargos se reducen hasta un 75%.

Varios meses después de su puesta en marcha, es momento de revisar sus efectos.

Zona tarificada para descongestionar. Foto: NYC Urbanism.

¡La congestión cayó!

Battery Place a las 6 p.m.: Octubre 2023 (izquierda), Enero 2025 (derecha). Foto: MTA.

Ya desde los primeros días se empezaron a notar cambios importantes en el tráfico de Manhattan, registrándose cerca  de 7% menos vehículos dentro de la zona tarificada en comparación con el año anterior [1, 2]. En varios de los puntos de acceso, como el puente Holland o Williamsburg, los tiempos de viaje cayeron entre un 15% hasta casi un 50% [3, 4, 5, 6]. En las horas punta de la tarde, se registraron mejoras en la velocidad de desplazamiento de hasta un 60% dentro de la zona tarificada.

A pesar de estos resultados, durante la segunda semana se observó un aumento de 5,7% más vehículos producto del “efecto rebote” de los conductores que empiezan a acostumbrarse a la medida. Esto demuestra un punto importante de cualquier nueva política, y es la capacidad de adaptación de las personas a estos cambios. Si bien hubo un leve aumento luego del shock inicial, los resultados alcanzados siguen siendo mucho mejores al punto inicial.

Ya a finales de enero, el MTA reportaba que cerca de 1 millón de vehículos habrían ingresado al centro de la ciudad de no ser por las medidas de tarificación, un éxito rotundo para el primer mes.

Parte del éxito de la medida radica en que la tarificación incidió en las decisiones de los conductores, donde muchos han modificado sus viajes para entrar antes de las 5 a.m. o después de las 9 p.m., evitando las tarifas más altas. Un ejercicio realizado por Bloomberg News analizando el tráfico de la Avenida Lexington mostró que la proporción de vehículos personales cayó de 40% a 34% del total de vehículos en circulación. Ambos casos muestran formas en las que la congestión ha ido descendiendo en la zona tarificada.

Más recientemente, la empresa internacional TomTom comparó el período de enero-marzo del 2024 y 2025, mostrando que los resultados iniciales de la medida se han mantenido en el tiempo:

  • Menos congestión: Una reducción de los niveles de congestión general de 24,7% a 16,9% y de 43,2% a 30,3% en horas punta de la tarde (3-5 p.m.);
  • Aumento de la velocidad: Aumentos promedio de la velocidad de 17,6 km/h a 19,4 km/h en la zona tarificada;
  • Viajes más rápidos: Reducción de tiempos promedio de viaje por cada 10 kilómetros de 3 minutos y casi 5 minutos durante la hora punta de la tarde.

Una gran síntesis del impacto de tarificar para descongestionar en los tiempos de viaje se pueden observar en estas imágenes que muestran los resultados del primer mes para las horas punta AM hacia la zona tarificada (arriba) y las horas punta PM dentro de la zona tarificada (abajo):

Los cuadros en verde significan mejoras en los tiempos de viaje, mientras que los cuadros rojos representan los aumentos de tiempos de viaje. Fuente: MTA.

¡Los ingresos excedieron todas las proyecciones!

Una vez aprobada la propuesta final de la medida, la MTA desarrolló proyecciones de recaudación por tarificar de USD 40 millones al mes y USD 500 millones para finales de año. Aunque todavía se desconocen los ingresos de marzo, para el mes de enero se percibieron ingresos de USD 48,6 millones, y en febrero de USD 52 millones. En total, se han recaudado cerca de USD 100 millones, lo cual superó las proyecciones iniciales.

Paralelamente, los ingresos en boletería tanto del metro como del tren aumentaron durante enero, alcanzando USD 11 millones más de lo presupuestado. Es decir que fue doble el beneficio generado por medio de la tarificación.
Los ingresos percibidos a partir del programa se encuentran destinados a financiar un paquete de inversiones para el sistema de transporte de la ciudad, como mejoras en la accesibilidad, infraestructura, generación eléctrica, nuevos trenes y expansión de la red de metro, por un total estimado de USD 15 millardos (billions).

¡Más personas usan el transporte público!

Tarificar para descongestionar tiene beneficios claros para el transporte público. Por un lado, la disminución de la congestión mejora la velocidad de los viajes en transporte público, mientras que la tarifa puede inducir al cambio modal (bajarse del auto en favor de otros modos). Desde la instauración del cordón tarificado, se han registrado ambos fenómenos.
Durante enero, la cantidad de pasajeros en el metro aumentó en 7,3% en días hábiles y 12% los fines de semana, en comparación con el año anterior [7, 8]. Datos proporcionados al MTA por TRANSCOM mostraron aumentos en el uso de los buses de 21% para vías expresas y 7% en vías no expresas dentro de la zona tarificada. Algunas rutas de buses están ahorrando hasta 10 minutos de viaje gracias a la reducción de la congestión, mejorando su fiabilidad.

Fuente: MTA.

Los beneficios no previstos de la tarificación

Además de una reducción en la congestión, aumento del uso y eficiencia del transporte público y generación de ingresos, los cuales eran los objetivos claros de la medida, se están registrando otros beneficios que, aunque todavía puede ser complejo atribuirlos a la tarificación, valen la pena mencionar:

  • Reducción de los siniestros viales: durante los primeros 12 días de la puesta en marcha, se registraron caídas del 51% en las lesiones y de 55% en los choques dentro de la zona tarificada comparado con el año anterior. Las estadísticas son incluso más bajas que durante la pandemia.
  • Aumento del tráfico peatonal en el centro: se registró un aumento de 4,6% en la cantidad de peatones que recorrieron el centro de Manhattan, comparado al año anterior.
  • Mejora de la actividad económica: datos de la administración estatal muestran aumentos en la asistencia a eventos de Broadway en enero y febrero (19%), en las reservas a restaurantes entre enero y mitad de marzo (5%) y proyecciones de aumento en las ventas en el centro por USD 900 millones durante 2025.
  • Menos ruido: durante los primeros meses de implementada la medida, las quejas por bocinazos dentro de la zona tarificada cayeron en 69%. Asimismo, entre el 5 de enero y 4 de marzo, las cámaras de ruido no emitieron ninguna citación por ruidos, a diferencia del mismo período el año anterior con 27 citaciones.

Los valores más bajos de siniestros viales dentro de la zona tarificada en los primeros 10 días hábiles de enero ocurrieron después de la puesta en marcha de la tarificación. Fuente: Streetsblog.

Una solución entrampada en la política

La idea de crear un zona tarificada para descongestionar la ciudad no es nueva para Nueva York. Inicialmente, la propuesta fue impulsada por el alcalde Bloomberg en el año 2007, para luego ser retomada en el 2017 por el Gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo. La idea de tarificar fue luego aprobada en el 2019 por la legislatura estatal con miras a lanzar la medida en 2021, antes de que la pandemia alterara los planes. Finalmente en 2023, el gobierno federal aprobó la implementación de la medida y una propuesta fue aprobada en 2024 por el MTA, luego del período de consulta pública. Sorpresivamente, ese mismo año la Gobernadora Hochul suspendió el programa semanas antes de su puesta en marcha, a principios de junio, para luego en noviembre después de las elecciones, relanzar la idea con tarifas más bajas. Es así como, después de 18 años, el programa de tarificación entró en marcha el 5 de enero de 2025.

Así como sucedió en otras ciudades, la idea de tarificar se enfrentó a una gran oposición. En abril de 2024, por ejemplo, una encuesta de Siena College encontró una oposición de 64/33 dentro de la ciudad para implementar la medida. Sin embargo, como también sucedió donde se ha implementado la medida, el sentimiento público comenzó a cambiar una vez demostrados los beneficios de la tarificación. Una nueva encuesta en febrero de 2025, implementada luego de la entrada en vigencia de la tarificación y que consultó a los votantes dentro de estado de Nueva York, mostró un cambio radical en las opiniones de los neoyorquinos respecto a la tarificación [9, 10, 11]:

  • Los viajes hacia y desde Manhattan son más rápidos desde la tarificación (39% de acuerdo vs 27% en desacuerdo);
  • Los viajes dentro de Manhattan son más rápidos desde la tarificación (41% de acuerdo vs 26% en desacuerdo);
  • Los niveles de apoyo a la medida son mayores entre los adultos que manejan hacia la zona tarificada varias veces por semana (66% de apoyo), que los que viajan algunas veces al mes (51% de apoyo).
  • Los residentes de Manhattan también apoyan la medida en su mayoría (57% de apoyo).

A pesar de esto, solo un 27% de los votantes del estado de Nueva York apoyan la medida. Lo que muestra que el apoyo reside en quienes realmente se benefician, es decir, los conductores habituales y los residentes. Otro de los opositores de la tarificación ha sido la administración de Donald Trump, quien desde su llegada ha intentado anularla. Sin embargo, seis de cada diez neoyorquinos dicen que la nueva administración debe dejar que el plan continúe. A inicios de abril, la administración nacional y estatal llegaron a un acuerdo para continuar con la tarificación al menos hasta el otoño, donde un juez federal decidirá el futuro de la medida.

El futuro de la gestión del automóvil

Es difícil predecir cómo evolucionarán las tendencias en la movilidad urbana y en especial en la gestión de la movilidad en automóvil. Parece que cada vez hay más consenso en el sin sentido de gastar cuantiosos recursos ampliando la vialidad urbana y la necesidad de promover otros modos más sostenibles y eficientes en relación a su consumo del espacio vial. 

No obstante, casos como el de Nueva York y las demás ciudades que han impulsado la tarificación muestran un camino diferente, donde el énfasis debe estar en la regulación del uso del vehículo, y en particular el impacto de sus externalidades como la congestión, contaminación, necesidad de estacionamiento, etc., que su tenencia. De forma tal que quienes más usan el auto no sólo se hagan cargo de sus efectos negativos, sino que también vean los beneficios de pagar por ello.
Ya vimos como en Nueva York por tan solo 9 dólares al día podemos tener más inversión en transporte público, menos congestión, más actividad económica, más seguridad vial y menos ruido. En una ciudad donde los hogares que poseen automóviles ganan al menos el doble que los que no tienen, parece ser una fórmula donde todos ganan. ¡Si esto es posible en Nueva York, es posible en cualquier ciudad!


Foto de portada: MTA Photos. Flickr.

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